اميدوارم سفر خوبي داشته باشم زيرا إز صميمم قلبم و با احترام به ديگران سفر خواهم كرد و اين باعث خواهد شد كه تمامي درها به روي من باز شوند

lunes, 10 de agosto de 2015

Isfahán a Kashán


Hola amigos,

Me levanto muy pronto, con la intención de ir cuanto antes a la estación de autobuses de Isfahán, por el lío que seguro supondrá para mí la obtención del billete, añadiendo además que no tengo ni idea de los horarios para ir a la ciudad de Kashán. Pero el madrugar de poco me ha servido, porque en el hotel Venus el desayuno se sirve a partir de las 7,30 horas, y decido quedarme. La mamancia es la mamancia... De este hotel quiero decir que está bien. Es moderno y la relación calidad/precio es buena. Está algo alejado del centro pero eso no es ningún problema. Lo mejor, que está junto a la tienda Joseph Carpet, lugar donde he dejado mí equipaje.


Jon, Askar
Tras liquidar la cuenta del hotel, tomo un taxi para ir a la terminal. La persona que me lleva solo habla farsi y alguna palabra suelta en inglés. Nos presentamos. Se llama Askar. Él a mí me llama Mr. Jon (como mi amigo Zaker, en Takht-e Soleyman). Enseguida la música nos hace congeniar y conseguimos entendernos. Es un hincha del Barça, y conoce a nuestro Athletic de Bilbao. El importe que me cobra es algo elevado, pero yo estoy decidido a sacarle rendimiento a ese extra. Le pido que me ayude a sacar el billete. Accede. Antes debo deciros que la estación de autobuses de Isfahán es moderna, bien acondicionada y... enorme! Él me lleva de la mano, recorriendo hasta tres taquillas, todas ellas con información en farsi. Como digo, finalmente, en el tercer mostrador obtengo el billete para un autobús que tiene su salida a las 09:00h, todo ello tras pasar un liviano control policial. En apenas 50 minutos he conseguido desplazarme a la terminal de autobuses, que se encuentra a varios km de la ciudad y obtener el billete. ¿No está mal eh? Nos despedimos después de hacernos una fotografía juntos. ¡Mamnoon Askar! Sin tu ayuda no estaría ahora viajando hacia próximo destino.

El viaje es muy llevadero, en un autobús bien acondicionado y con asientos numerados. Aprovecho para ordenar mis notas y escribir un poco. Sin incidencia alguna llegamos a la ciudad de Kashán.

Aquí el destino me traerá a Abbas Shokgozar, un taxista que será providencial, en los próximas horas y dias. Es muy parlanchín e inteligente. Durante el viaje al hotel detiene su taxi en una avenida, se marcha y regresa con dos helados, uno para él y otro para mí. Empezamos con buen pie. Esto es inconcebible en Occidente. Nos comemos los helados dentro del taxi, mano a mano, tan ricamente... Me acompaña hasta la misma recepción del Ehsan Historical House Hotel. Nos hacemos unas fotos y le pago el servicio, que asciende a 60000 riales.


Jon, Abbas
Es precisamente en el momento del check-in en el hotel cuando me percato de que he dejado en el autobús el libro más importante que tengo sobre Irán, el libro de Toni Vives. Rápidamente trato de hacer algo. El recepcionista tiene el móvil de Abbas, por lo que le pido que le llame. Hablo con él, le explico el problema y le solicito su ayuda para recuperar el libro, haciéndole ver lo mucho que representa para mí. Se pone a la tarea...

Con este desasosiego encima, me voy caminando a ver la ciudad. La primera visita ha sido a una de las casas históricas de Kashán, en concreto Abbasian Historical House. Me cuesta mucho encontrarla y no acabo de dar con ella, pero la providencia me manda a un caballero, pero no a lomos de un caballo, sino montado en una moto de pequeña cilindrada. Él es Nasser, un hombre super majo y educado, de unos 40 años de edad. Le pido que me indique donde se encuentra la casa histórica y sin pensárselo dos veces accede a acompañarme. Antes entra en su casa y, para mí sorpresa, me trae un vaso de agua fresca, para paliar el calor tan elevado que hace. Llegamos al lugar y saco mi entrada (100000 riales). Ya cuando me disponía a despedirme de Nasser y entrar a la casa, éste se dirige al portero para solicitarle permiso para entrar conmigo y hacer las funciones de guía, ya que conoce bien la casa ¡Es la leche!


Abbasian Historical House (Jon, Nasser)
Tras los pasos de Nasser recorro todas las dependencias de Abbasian Historical House. Conoce la casa al dedillo y me va dando explicaciones sobre los lugares que vamos viendo. La casa está en perfecto estado. Construida en adobe en el siglo XVIII, me ha llamado la atención el muy ingenioso sistema de refrigeración de la vivienda, la enorme vivienda debería de decir. Al finalizar la visita Nasser me sitúa frente al restaurante de la casa Abasian. Nos hacemos unas fotos y me despido de él con un abrazo y el saludo iraní. ¡Mamnoon!

El restaurante, ubicado en uno de los patios de la casa, es original. Tiene unos 800 metros cuadrados, con toda su parte aérea cubierta con madera, a una altura de unos 30 metros. En su interior multitud de Takht, junto con todo tipo de plantas ornamentales. En la cabecera del comedor, sobre un altillo, un número indeterminado de banderas que los camareros van colocando sobre la alfombra del Takht, en función del país de procedencia. Por esta razón puedo decir que durante mi estancia ha habido alemanes, austriacos, holandeses, italianos y un francés, de París, que ha estado comiendo en un lugar muy próximo al mío. He permanecido unas 2 horas en este restaurante, recostado, descansando mientras evito las horas de más calor, y también tomando varias tazas de té.

Ya fuera, visito la mezquita del Sultán Amir Admad. No tiene ningún encanto especial pero he estado un rato tumbado sobre las alfombras observando a la gente, que siempre aporta algo.


Baños Sultan Amir Ahmad y tejado con sus torres de ventilación
A continuación, y sin salir del casco antiguo, visito un lugar muy especial: Soltan Amir Ahmad Historical Bath; es decir, la casa de baños del Sultán Amir Ahmad. El lugar es laberíntico y espléndido. Amigos, os puedo asegurar que esto es darse un baño en condiciones. Pero el arte acumulado en este edificio no termina en los baños, sino que continua en su tejado, una magnífica cubierta que remata el original y efectivo sistema de ventilación de los baños. ¡Estupendo edificio!

Cuando va cayendo la tarde realizo la que será la ultima visita del día, la Mezquita Agha Bozorg, un imponente edificio de finales del siglo XIX, siendo la única mezquita de Irán que está construida en la segunda planta. Esta próxima al lugar donde estoy alojado.

La cena en el patio del hotel Ehsan House, con un servicio que deja mucho que desear, al menos en esta ocasión. Lo mejor, estar tumbado sobre la alfombra del Takht, oyendo el ruido del agua... Sigo teniendo un malestar tremendo por la pérdida del libro.

Mañana me espera un hito en este viaje por Irán, la visita a la ciudad sagrada del chiismo, la ciudad de Qom.

Un abrazo


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